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El exoplaneta GJ 486 b es un mundo misterioso y sorprendente que se encuentra a una distancia de 26 años luz de la Tierra. Este planeta es un 30% más grande que la Tierra y tres veces más masivo, lo que lo hace rocoso y con una gravedad más fuerte que nuestro planeta.

Gira alrededor de su estrella madre en 1,5 días terrestres y está demasiado cerca de su estrella para estar en la zona habitable. La temperatura de la superficie supera los 450 grados centígrados, lo que la hace inhabitable.

Pero las observaciones del telescopio espacial James Webb muestran vapor de agua en la atmósfera del exoplaneta. Este fue un descubrimiento inesperado, porque el vapor de agua puede ser tanto una consecuencia de la presencia de una atmósfera en el planeta como el resultado de procesos que ocurren en la propia estrella anfitriona.

Un equipo de astrónomos observó dos pasajes del planeta a través del disco de la estrella, cada uno de los cuales duró aproximadamente una hora. Luego usaron tres métodos diferentes para analizar los datos y todos dieron resultados similares: “James Webb” ve vapor de agua.

Pero para establecer que esta es la atmósfera del planeta, y no una mancha estelar, se requerirán observaciones adicionales en longitudes de onda infrarrojas más cortas.

Las enanas rojas son las estrellas más comunes en el universo, y es probable que se encuentren exoplanetas rocosos orbitando tales estrellas. Pero la órbita del planeta debe estar lo suficientemente cerca de la estrella para que el agua no se congele.

Las enanas rojas emiten radiación ultravioleta y de rayos X que pueden destruir la atmósfera de un planeta. Por lo tanto, una de las principales preguntas en astronomía es si un planeta rocoso puede mantener o restaurar una atmósfera en condiciones tan duras.

Si el vapor de agua encontrado en GJ 486 b está asociado con el planeta, significa que tiene una atmósfera a pesar del calor abrasador. Esta es la primera detección confiable de una atmósfera en un exoplaneta rocoso.

Pero incluso si se trata de una mancha estelar y no de la atmósfera del planeta, sigue siendo un fenómeno interesante que puede ayudar a los científicos a comprender mejor los procesos que ocurren en las enanas rojas y sus planetas.

GJ 486 b es solo uno de los muchos exoplanetas que aún no hemos explorado. Cada nuevo descubrimiento puede ayudar a expandir nuestro conocimiento del universo y las posibilidades de vida en otros mundos.

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