En los tiempos antiguos, los dioses y otros seres sobrenaturales no siempre surcaban los cielos en extrañas aves o brillantes carros. Nuestros antepasados se aseguraron de dejar claro que, en ocasiones, estos seres celestiales se desplazaban entre las nubes desplegando sus propias alas, como aves impulsadas por el viento.
Genios, ángeles, demonios y dioses alados forman una extensa lista que los mitos y leyendas más antiguos, junto con la rica iconografía, han preservado en la memoria de la humanidad. Ejemplos de esto son la diosa Ma’at en Egipto, la diosa Ishtar/Inanna o el demonio Pazuzu de los sumerios, y el dios Nimrud de los asirios.
Frente a esto, surge una pregunta que puede parecer trivial al principio: ¿Qué querían expresar realmente nuestros ancestros al colocar alas en las espaldas de sus divinidades?
En las representaciones artísticas, un atributo es un símbolo que denota el carácter y la representación de las figuras. Las alas, por ejemplo, simbolizan la capacidad de volar, es decir, de moverse por el aire. Por lo tanto, los seres alados de la antigüedad, a menudo llamados “hombres-pájaro”, eran vistos por nuestros ancestros como seres capaces de elevarse y desplazarse por el cielo como las aves. Pero, ¿realmente se sostenían con sus propias alas?
Las alas de las deidades indican, a primera vista, su naturaleza celestial, es decir, su pertenencia al cielo y su carácter sobrenatural. Sin embargo, surge la pregunta: ¿eran estas alas simplemente un símbolo abstracto o podrían representar dispositivos tecnológicos avanzados utilizados por antiguos astronautas?
Recuerdo claramente el impresionante espectáculo de los “Voladores de Papantla” que presencié hace unos 30 años en Acapulco, México. Desde la cima de un mástil de 30 metros de altura, los voladores descienden cabeza abajo, atados por sogas, trazando círculos en el aire en un antiguo ritual para agradar a los dioses. Esta imagen se ha quedado grabada en mi memoria, y me lleva a preguntarme: ¿podría ser que los antiguos indígenas presenciaran algo similar?
En un artículo de los hermanos Johannes y Peter Fiebag titulado “El pájaro celestial de los mayas o la exégesis de una deidad”, se menciona a esta “gente que vuela” de México, descendiendo a la Tierra desde la cima de un mástil, simbolizando el vuelo de seres celestiales. Los Fiebag también hacen referencia a una ilustración del siglo XVIII de Clavijero, donde se ven grandes pájaros descendiendo en espiral hacia la Tierra junto con los indios, sugiriendo una conexión entre los “hombres-pájaro” y las deidades aladas.
La idea de que las alas sean un atributo simbólico es clara: los dioses tienen alas porque “vienen del cielo” o de “las estrellas”. Sin embargo, a la luz de la hipótesis de las paleovisitas extraterrestres, cabe preguntarse si estas alas podrían ser más que un símbolo. ¿Podrían ser dispositivos tecnológicos avanzados utilizados por antiguos astronautas?
Un dispositivo, por definición, es un mecanismo diseñado para realizar una acción específica. Aunque no es una parte natural del cuerpo, puede ser un aditamento funcional, como una prótesis o un paracaídas. Esto nos lleva a considerar si las alas de ciertas divinidades podrían ser mecanismos aerodinámicos utilizados para volar.
Esta idea me pareció plausible cuando observé una estatuilla de gran calidad artística en la colección privada de Terry y Kim Young, exhibida en The Young Museum of Ancient Cultural Arts en Texas, EUA. La pieza, hallada en Veracruz, México, y datada entre el 600 y 900 d.C., representa a un individuo con dos grandes alas, identificado como un “jugador de pelota alado”. Las alas están unidas a un espaldar, y en su mano derecha sostiene un “instrumento”. Sobre sus hombros se asoman dos cabezas de animales, y el tocado muestra algo similar a “gafas de aviador”.
Terry Young tuvo la amabilidad de autorizarme la publicación de estas imágenes, lo cual me exime de dar más detalles…
Admito que puede parecer una idea simple, pero reconsiderar la interpretación de los seres alados y elevar su contenido simbólico puede ser fascinante. Si consideramos la posibilidad de que visitantes extraterrestres hayan recorrido los cielos utilizando dispositivos portátiles de alta tecnología, no muy diferentes, aunque seguramente más avanzados que los nuestros, la idea se vuelve interesante.
Para hablar de estos dispositivos, no necesitamos recurrir a los superhéroes de Marvel Comics. Basta con observar el “Gryphon attack glider”, diseñado recientemente para uso militar por SPELCO (Special Parachute Equipment and Logistics Consortium), un consorcio formado por ESG Elektroniksystem- und Logistik-GmbH y DAe Systems GmbH.
El “Gryphon”, cuyo nombre hace referencia al grifo, un animal mitológico con cuerpo de león y cabeza y alas de águila, es un equipo de diseño avanzado. Está provisto de un ala delta de 1,5 metros de envergadura, un paracaídas incorporado y dos micro-turbojets que pueden propulsar al piloto durante 200 km, saltando desde un avión a 4.000 metros de altura. Las imágenes del “Gryphon” son elocuentes y, al compararlas con la estatuilla alada de la colección privada de Terry y Kim Young, exhibida en The Young Museum of Ancient Cultural Arts, se pueden encontrar sorprendentes similitudes.
Esta estatuilla, hallada en Veracruz, México, y datada entre el 600 y 900 d.C., representa a un individuo con dos grandes alas, identificado como un “jugador de pelota alado”. Las alas están unidas a un espaldar, y en su mano derecha sostiene un “instrumento”. Sobre sus hombros se asoman dos cabezas de animales, y el tocado muestra algo similar a “gafas de aviador”.
Terry Young tuvo la amabilidad de autorizarme la publicación de estas imágenes, lo cual me exime de dar más detalles…
¿Podría ser que lo que vieron nuestros ancestros, quienes desconocían la existencia de algo tan simple como una tuerca o un tornillo, fuera algo similar a lo que hoy entendemos como tecnología avanzada?
¿Cómo habrían descrito ellos algo tan complejo con las palabras y conceptos de su tiempo? ¿Qué elementos artísticos habrían utilizado para representarlo de la manera más fiel posible?
En busca de la verdad oculta
Cuando el hombre llegó a la Luna, todos comprendimos perfectamente la frase “El águila ha aterrizado”, porque estamos familiarizados con la tecnología y su significado figurativo. De igual manera, si hoy alguien nos dijera que un Grifo (Gryphon) surcó los cielos, sabríamos que se refiere a un dispositivo tecnológico y no a un ser mitológico. Sin embargo, estas construcciones mentales son propias de nuestra época y muy diferentes de las que podrían haber tenido nuestros ancestros.
Este ensayo ha explorado el mito de los seres alados, que nuestras mentes modernas tienden a clasificar como fábulas y ficciones. Para aquellos que aún dudan de la posibilidad de que estos mitos contengan verdades ocultas, cito al emperador Juliano: “Lo que en los mitos se presenta como inverosímil, es precisamente aquello que nos abre camino a la verdad. Efectivamente, cuanto más paradójico y extraordinario es un enigma, tanto más parece advertirnos para no confiar en la palabra desnuda, sino buscar la verdad oculta.”
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