La capacidad de transmitir imágenes mentales o mensajes a otra persona a una distancia considerable es un fenómeno que ha interesado a la humanidad durante siglos. Y aunque muchos científicos todavía consideran que la telepatía está fuera del alcance del estudio científico, algunos creen que esta capacidad de telepatía es inherente a todo ser humano, pero se encuentra en un estado «latente».
El comienzo del estudio científico de la telepatía lo puso Frederick WH Myers en 1882, cuando utilizó por primera vez el término «telepatía» y fundó la primera sociedad en Gran Bretaña dedicada al estudio de este fenómeno. Sin embargo, a pesar de los considerables esfuerzos de los científicos, la telepatía sigue siendo un misterio.
Los estudios en animales nos están brindando más información sobre la telepatía. En experimentos en los que los animales se dividieron en dos grupos, a uno de los grupos se le enseñó una habilidad y los animales del segundo grupo comenzaron a demostrar una habilidad similar, aunque no se la habían enseñado de ninguna manera. Esto indica que la telepatía puede ser una habilidad innata.
También se ha observado que los animales pueden sentir las emociones y necesidades de sus dueños a distancia. Por ejemplo, los perros y gatos a menudo pueden sentir cuando su dueño regresa a casa, incluso si todavía están lejos de casa. También pueden anticipar problemas y apresurarse a ayudar a sus dueños. Hay casos en los que los perros han salvado la vida de sus dueños advirtiéndoles del peligro.
En los seres humanos, la capacidad de telepatía es menos frecuente y suele tener el carácter de breves intuiciones. Por ejemplo, en 1848, un general de división, gravemente herido durante el asedio de Multan, pidió quitarse un anillo de su dedo y dárselo a su esposa. En ese momento su esposa estaba a gran distancia de él, pero lo vio claramente y escuchó su petición mientras estaba medio dormido.
También se conocen casos de comunicación mental entre humanos y animales. Por ejemplo, el escritor Rider Haggard describió un caso en el que vio un sueño a través de los ojos de su perro, que agonizaba entre los arbustos cerca del agua. Más tarde resultó que el perro efectivamente había muerto en el río, y su collar fue encontrado el mismo día que Haggard tuvo el sueño.
La telepatía sigue siendo un misterio para la ciencia y muchos científicos continúan investigando en esta área. Quizás en el futuro podamos comprender mejor este fenómeno único y desbloquear su potencial.
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