Desde el 1200 después de cristo, en el centro de México, él fue considerado el dios del aprendizaje, la agricultura, la ciencia y las artes. También era considerado el dios patrono de los comerciantes, ya que logró descubrir el maíz con la ayuda de una hormiga roja gigante que lo llevó a una montaña llena de granos y semillas. Las leyendas nombraron a esta entidad Quetzalcóatl, como «el señor en la aurora». Esta es una de las razones por las que se cree que es de un planeta lejano.
Quetzalcóatl es descrito como de piel clara, barbudo y alto, con una cabeza de serpiente que esconde su apariencia humana. La primera imagen sobreviviente de Quetzalcoatl proviene de la civilización olmeca con una escultura en La Venta, de una serpiente picuda con una cresta de pluma rodeado por dos pájaros quetzales. Las primeras representaciones encontradas en México se encuentran en Teotihuacán, donde hay esculturas de serpientes emplumadas que datan del siglo III después de cristo, y que es también el lugar donde se construyó una pirámide de seis niveles en honor al Dios Serpiente del conocimiento. La deidad fue descrita a menudo en decoraciones arquitectónicas y escultóricas, apareciendo en otros sitios como Xochivalco, pero rara vez fue representada con alguna forma humana antes del período Posclásico Tardío.
Por el 1200 después de cristo, Quetzalcoatl era representado en su forma humana y usaba principalmente joyas de concha, y un gorro cónico. Algunos creen que probablemente lo utilizaba para cubrir la forma drásticamente alargada de su cabeza.
El escritor Robert Marx ha escrito ampliamente sobre este concepto de «dioses blancos», llegando a la conclusión de que son representados en casi todas las culturas indígenas de América.
Otra teoría interesante se basa en los escritos del fraile franciscano Bernardino de Sahagún, del siglo XVI, en los que describe el encuentro entre el emperador mexicano «Moctezuma II» y el capitán español «Hernán Cortés». A primera vista de los españoles blancos, el emperador Moctezuma pensó que los «dioses blancos» habían regresado del este, y el capitán Cortés era el dios Quetzalcóatl. Debido a sus creencias, el Emperador le regaló una máscara que representaba a la «Serpiente Emplumada».
Según el Códice Florentino, escrito unos 50 años después de la conquista, cuando Moctezuma se enteró de la llegada de los extranjeros, él reaccionó como si pensara que el recién llegado era Quetzalcóatl. De ahí que todos los presentes que envió Moctezuma a Cortés tenían relación con Quetzalcóatl. El Códice dice que cuando lo recibió en, México – Tenochtitlan, él exclamó: «Has arribado a tu ciudad: México. Aquí has venido a sentarte en tu trono. Oh, por breve tiempo te lo conservamos.» “Llega a tu tierra, ven y descansa, toma posesión de tus casas reales”. Moctezuma se dirigía a Cortés como el dios Quetzalcóatl que regresó.
Con el paso del tiempo, nos fuimos educando a través de la historia y conseguimos vislumbrar lo que era la vida. A nuestro nivel de comprensión actual, nos damos cuenta de que algunas cosas del pasado podrían haber sido imposibles de lograr sin ayuda externa. Los dioses blancos podrían habernos dado el conocimiento en el que los mesoamericanos obtenían el poder. Pero a medida que los extraterrestres se iban, los indígenas no podían bastarse para controlar ese poder, que se les dió demasiado pronto sin que se les advirtiera de sus efectos secundarios. En última instancia, llevó a la autodestrucción de las civilizaciones más conocedoras y prósperas de nuestro pasado porque la guía de los extraterrestres había desaparecido.
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