El oro ha desencadenado numerosos conflictos y delitos a lo largo de la historia, y constituye el pilar de la economía global. La interrogante que surge es, ¿qué tiene este metal que nos fascina tanto?
Indiscutiblemente, el oro es el metal más estimado y codiciado en todas las eras y sociedades. Desde los albores de la humanidad, la obsesión por descubrir y acumular oro parece ser interminable.
¿Por qué el oro y no otro metal?
Una rápida revisión de la cronología humana ratifica que, entre todos los metales, el oro ha sido el más anhelado. No existe civilización o colectividad pretérita que no le haya otorgado al oro un papel destacado a nivel nacional, asociado estrechamente con el culto a las deidades. Sepulcros de faraones, santuarios religiosos, figuras y representaciones, adquieren una conexión más profunda con lo sobrenatural cuando son forjados en oro.
Crédito: Pixabay / Wikimedia Commons/Public Domain
En épocas antiguas, la mayoría de las civilizaciones terrestres atribuían al oro un vínculo especial con sus divinidades y gobernantes. Por ejemplo, la mitología egipcia menciona a deidades que recorrían la tierra con oro líquido corriendo por sus venas en lugar de sangre. El oro se utilizaba como el componente esencial en la creación de objetos sagrados, y era particularmente prominente en las indumentarias de monarcas, príncipes y miembros de la aristocracia.
El oro como símbolo de prominencia, riqueza y poder
Cualquier objeto dorado, ya sea auténtico o una réplica, inmediatamente atrae nuestra mirada. Nos sentimos irresistiblemente atraídos por su brillo, lo que lleva a algunos filósofos a sugerir que el oro podría estar intrínsecamente vinculado con los albores de la humanidad. Su eminencia y su asociación con entidades celestiales sugieren que este metal precioso era de inestimable valor también para ellos.
En la actualidad, se honra a los más destacados del mundo con galardones, insignias y otras representaciones artísticas de oro. Tomemos como ejemplo el Balón de Oro para el futbolista estelar, la medalla de oro para el nadador insuperable, y el galardón dorado para la actriz de renombre. Otorgar un premio de oro es proclamar que el receptor es insuperable en su disciplina, eclipsando a cualquier otro competidor.
El oro simboliza autoridad, opulencia y distinción, siendo lo más próximo que un ser humano puede estar al rango divino. Como se ha mencionado, la economía global descansa sobre barras de oro resguardadas en cámaras acorazadas. Estos lingotes yacen estáticos, sin servir a propósito práctico alguno, simplemente como testamento de la riqueza o carencia de la misma.
Desde siempre y hasta la actualidad, el oro ha sido el metal más codiciado. Crédito: Pixabay
El oro y su relación con la adoración
Podemos seguir presentando casos que resaltan la singularidad y excepcionalidad del oro en la historia humana. Su vínculo con lo divino es un tema recurrente en todas las creencias religiosas, hasta tal punto que parece que sus deidades no aceptan nada inferior. Además, la etimología de ‘oro’ en distintos idiomas sugiere una conexión directa con lo sagrado.
Tomemos, por ejemplo, el inglés, donde ‘Gold’ se transforma en ‘God’ (Dios) al eliminar una sola letra. En español, la relación espiritual es aún más evidente, ya que ‘Oro’ no solo se refiere al metal valioso, sino que también evoca la acción de rezar o comunicarse con una entidad sagrada o suprema.
¿Oscuras raíces bajo nuestra atracción por el oro?
Todo lo discutido previamente podría hacer reflexionar incluso al individuo más lógico y desapasionado. Tal vez sean meras casualidades, sumadas a ciertas exageraciones y distorsiones de la realidad. No obstante, si las afirmaciones acerca del oro resultan ser ciertas, podrían justificar ampliamente nuestra fascinación por este metal, al grado de erigirlo como eje de nuestra existencia.
Diversas hipótesis sugieren que, en una era ancestral, entidades extraterrestres empleaban el oro para impulsar su tecnología de punta. Hay teorías que proponen que estos seres fueron los artífices de la humanidad, inculcando en nuestro ADN una profunda estima por este brillante metal, y llegaron a utilizar a los humanos como obreros para extraer oro de minas esparcidas a lo largo y ancho del globo.
Estos seres extraterrestres partieron en un momento indeterminado, por motivos que aún se desconocen. Sin embargo, nos dejaron atrás, a su obra, para que pueblemos este orbe y continuemos acumulando oro en anticipación a su eventual retorno.
Autor bibliotecaOculta.com
Más historias
El London Times publicó un caso de abducción extraterrestre en 1873.
Explorando las leyendas de las puertas al Inframundo a lo largo de diversas culturas
Descubierto el Cráneo de Buda en el interior de un Tesoro Perdido ?