Las nagas son serpientes semidivinas hindúes con torso y cara humana, generalmente de mujer.
Algunas leyendas cuentan que se las podía encontrar bajo la forma de serpiente de agua en antiguas zonas acuosas de Pakistán.
Son seres de sangre fría que poseen bonitas escamas, ojos grandes y brillantes, casi luminiscentes, y miden entre 3 y 6 metros.
Las nagas tienen un gran encanto, cualidad que las hace muy poderosas sin necesidad de recurrir a la violencia. Son enormemente inteligentes, sabias y pacientes. Prueba de ello es que son capaces de pasar horas inmóviles vigilando a un enemigo. Además, descansan en un estado semiconsciente por lo que difícilmente pueden ser sorprendidas.
Habitan en climas cálidos. No suelen alejarse de sus guaridas, que son agujeros profundos o alguna ruina oscura. Preparan en su territorio trampas para los intrusos, a los que primero atacan con magia y, una vez agotados sus poderes, atacan con su mordedura venenosa.
Existen 3 tipos de nagas:
Naga acuática
De color verde esmeralda, tiene dibujos reticulados marrones y ojos verdes. Suele habitar en aguas dulces. Son neutrales, por lo que rara vez atacan a no ser que se vean amenazadas.
Naga guardiana
Posee un aroma floral característico, ojos dorados y escamas verde-doradas. Es de naturaleza noble, por lo que suele avisar a los intrusos e incluso los entierra después de la batalla. Es capaz de escupir veneno y matar así, aunque también puede usar la mordedura y la constricción.
Naga espíritu
De todas las nagas, ésta es la que posee los rasgos faciales más humanos. Tiene pelo y ojos castaños y sus escamas son negras y rojas. Son perversas y causan daño a cualquier ser que se encuentren. Estas nagas no son lo suficientemente fuertes como para ejercer la constricción, pero poseen una mirada capaz de paralizar.
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