Foto: NASA
En abril de 2024, los científicos manifestaron su preocupación por una bacteria mutada en la ISS que se ha vuelto altamente resistente a los antibióticos, puede destruir insectos y ayudar a otras bacterias, lo que supone un riesgo potencial para la salud de los astronautas. Si bien algunos expertos advierten que esta bacteria podría amenazar a la humanidad si llega a la Tierra, fuentes oficiales han cuestionado estas afirmaciones. No obstante, ha habido irregularidades con la ISS, como el aplazamiento del regreso de los astronautas desde la estación.
A mediados de abril, la NASA informó del descubrimiento de trece cepas de Enterobacter bugandensis en la Estación Espacial Internacional. Este acontecimiento marca el surgimiento de una nueva forma de vida en el espacio. Los cosmonautas recogieron una sustancia maloliente de las paredes de la Estación Espacial Internacional para su análisis, y descubrieron que se trataba de una bacteria mutante originada en el espacio.
Cinco años antes, los astronautas habían identificado una colonia importante de Enterobacter bugandensis en la Estación Espacial Internacional, una bacteria relacionada con enfermedades gastrointestinales. Esta bacteria, encontrada en muestras del baño y del área de ejercicios, es notoriamente difícil de eliminar y resistente a la mayoría de los antibióticos. Sin embargo, no es muy contagiosa y representa un peligro limitado para los humanos.
Los inmunólogos informan que las mutaciones (errores en la replicación del código genético) han alterado significativamente una bacteria. Estos cambios en los microorganismos se deben a la radiación cósmica y a la microgravedad. En consecuencia, Enterobacter bugandensis ha evolucionado hasta convertirse en una entidad casi “indestructible”, ya que ya no responde a los antibióticos.
Además, se ha comprobado que esta bacteria se reproduce activamente y es contagiosa, y elimina a los insectos capaces de adaptarse y sobrevivir junto a microorganismos peligrosos.
Si bien se han documentado casos similares anteriormente, la rápida proliferación y propagación de estas nuevas cepas, junto con su resistencia a los antibióticos terrestres, presentan un escenario desafiante para la ISS y su tripulación.
Además, algunos expertos han postulado que la bacteria exhibe una forma de “conciencia”. Al aprender a sobrevivir de manera independiente, ayuda a otras bacterias a hacer lo mismo. Las razones detrás de este comportamiento y, fundamentalmente, cómo estos diminutos organismos desarrollaron el concepto de cooperación para el beneficio mutuo, siguen siendo un enigma para los científicos. Además, se especula que los astronautas podrían ser retenidos intencionalmente en la Estación Espacial Internacional para evitar posibles riesgos para la humanidad.
Además, tras la identificación de un mutante a bordo de la estación, han ocurrido incidentes inusuales, que guardan cierta similitud con las narraciones de películas de ciencia ficción como “Alien”. Actualmente, nueve miembros de la tripulación están estacionados en la ISS: Oleg Kononenko, Nikolai Chub, Alexander Grebenkin, Matthew Dominik, Michael Barratt, Janet Epps, Tracy Dyson, Sunita Williams y Barry Wilmore.
Sunita y Barry llegaron a la estación a bordo de la nueva nave espacial Starliner el 6 de junio, pero se quedaron en la ISS. El informe oficial afirma que se detectó una fuga de gas a bordo, lo que provocó el apagado de varios motores antes del atraque, lo que provocó que los astronautas permanecieran en órbita durante un tiempo prolongado. La NASA ha decidido retrasar el regreso de la Starliner indefinidamente. La declaración de la agencia, conocida por su cruda simplicidad, ha suscitado inquietudes:
“Los funcionarios de la NASA informaron a la prensa que la tripulación de Starliner no está ‘varada’ en la ISS. Los astronautas simplemente se están tomando su tiempo para regresar a casa”, con el objetivo de recopilar la mayor cantidad de información posible sobre la nave espacial antes de que regrese a la Tierra.
Las reparaciones en la superficie de la Estación Espacial Internacional requirieron una caminata espacial. Los astronautas Tracy Dyson y Matthew Dominik estaban programados para esta tarea el 13 de junio, pero se pospuso debido a problemas con el traje espacial de Dyson.
El 24 de junio, una caminata espacial se interrumpió a 31 minutos cuando se produjo una fuga de agua en el circuito de enfriamiento del traje de Dyson, lo que obligó a regresar a la estación.
Además, el 26 de junio, la tripulación de la ISS recibió inesperadamente instrucciones de trasladarse a los módulos de descenso, donde permaneció aproximadamente una hora. La NASA atribuyó esta precaución a la destrucción de un satélite en el espacio.
El 16 de julio tuvo lugar el tercer intento de los astronautas de aventurarse en el espacio exterior, pero resultó fallido.
Lo que resulta particularmente intrigante es el motivo de su urgente necesidad de salir de la ISS. Parece que los astronautas no solo tenían la tarea de desmantelar una unidad de comunicaciones defectuosa en el armazón de la estación, sino, lo que es más importante, realizar investigaciones sobre las capacidades de supervivencia de los microorganismos fuera de la ISS.
La caminata espacial estaba prevista que durara 6,5 horas. El propósito de sacar las bacterias mutadas fuera de la ISS plantea interrogantes. ¿Se pretendía deshacerse de ellas? ¿Y fue mera coincidencia que tres intentos consecutivos fracasaran?
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