Teóricamente con las tecnologías actuales podríamos llegar a Marte en 2 o tres meses, esto sería 90 días de viaje calculados de forma optimista, para llegar hasta nuestro vecino planetario. Pero no es cierto. La realidad es que pueden desarrollarse tecnologías privadas que permitirían llegar a Marte en tan solo 13 días de viaje, como si se tratara de un pequeño crucero.
La clave la tiene Michael Hertz Mc Brian. Un joven ingeniero Irlandés de apenas 34 años que acaba de descubrir una tecnología de propulsión que permite viajar a 350.000 Km por hora en una nave con capacidad para 100 tripulantes. Bajo estas características podría alcanzarse Marte en apenas 13 días de navegación. Además, la nave impulsada a 350GKm permitiría un sistema de gravedad artificial que albergaría todas las comodidades posibles de un crucero moderno.
La innovación de Mc Brian, no reside ni en la velocidad del crucero ni en la propulsión que ya es conocida, sino en la integración del confort en la propulsión para la realización de los viajes espaciales y sobre todo, en la economía tecnológica para poder hacer viables las misiones privadas.
La clave está en un dispositivo que genera una gravedad semejante a la que tenemos en la tierra con un cilindro giratorio de 500 metros de diámetro por 3000 de longitud que permite simular un entorno de habitabilidad para 100 personas. Una mini-ciudad desplazándose por el espacio a 350.000 Km/hora.
El proyecto es viable y realmente no es costoso, ya que la propulsión se fundamenta en una tecnología que utiliza energías limpias y muy eficientes. Marte está muy cerca del Sol, aunque quede alejado respecto de nuestra medición, es un vecino, con lo que la radiación solar actúa de forma coherente y constante en un entorno de 2 UA. Por así decirlo, con tecnología de velas solares podríamos ir a Venus o a Marte en menos de 13 días,ya que las distancias a estos planetas no exceden la zona donde la radiación solar desciende.
McBrian está convencido que Marte es habitable y tiene una atmósfera compatible con la presencia del ser humano. McBrian quiere explotar los recursos minerales de Marte y generar un comercio con la Tierra de metales que allí están presentes.
Por primera vez asistimos a una iniciativa privada que dará lugar a otras que podrán llegar fuera de las inversiones públicas de los proyectos de agencias estatales como ESA o NASA. Este precedente demuestra que las iniciativas no son tan costosas como pudiera suponerse. El mismo McBrian insite en que la inversión no ha excedido de 20 millones de dólares, cantidad inferior al coste de aviones de alto nivel defensivo en el marco de las grandes potencias tales como USA, o UE.
De hecho presume que el proyecto ha costado 10 veces menos que el famoso avión Eurofighter, lo que implica que cualquier Corporación interesada en explotar los recursos naturales de Marte puede facilmente emular su iniciativa.
Finalmente, McBrian, concluye su exposición invitando a otros ingenieros y compañías a hacer lo mismo, habida cuenta que el futuro inmediato abre nuevas expectativas no exploradas que no deben estar limitadas por nuestros propios miedos.
Todo es posible según McBrian, pero algo está claro.