diciembre 4, 2024

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Las Naves De Los Antiguos.

El vimana es una mítica máquina voladora hinduista, descrita en la antigua literatura de la India. Se pueden encontrar referencias sobre este artefacto incluso su utilización en asuntos de guerra en textos hinduistas antiguos. Podía volar por los aires hasta otros planetas. En el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del […]

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El vimana es una mítica máquina voladora hinduista, descrita en la antigua literatura de la India. Se pueden encontrar referencias sobre este artefacto incluso su utilización en asuntos de guerra en textos hinduistas antiguos. Podía volar por los aires hasta otros planetas. En el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.) se dice que el dios del Sol viaja en un carruaje vimana luminoso (que es el propio Sol). Otros dioses vuelan en carruajes vimanas con ruedas, tirados por animales, generalmente caballos (aunque el carruaje del dios védico Pushan es tirado por cabras). En el Majabhárata (c. siglo III a. C.) no se los nombra. En el Ramaiana (c. siglo III a. C.), el Kirata aryuníia (c. siglo VI d. C.), el Samarangana-sutradhara (c. siglo XI) y el Bhágavata-purana (c. siglo XII) se describen vimanas de diferentes tamaños y formas, como un carro o carroza de los dioses, como un mítico automóvil aéreo, a veces funcionando como un mero asiento o trono fijo, otras veces moviéndose por sí mismo y cargando a su ocupante a través del aire. Otras descripciones muestran al vimana más como una casa o palacio (se cuenta de uno que tenía siete pisos de altura). En el ramayana el libro sagrado de los Hindú y escrito por el sabio valmiki nos dice lo siguiente: Mientras se iban desarrollando estas cosas, Rama, el Kakutsida, le dijo a Vibhishana: «Ocúpate de procurarme un pronto regreso a mi ciudad. El camino a Ayodhyá es muy difícil de recorrer». A lo que respondió Vibhishana: «Hijo de monarca de la Tierra, yo cuidaré que te conduzcan a tu ciudad. Hay un carro llamado pushpaka, carro incomparable, resplandeciente como el Sol y que marcha por sí mismo. Montado sobre ese carro, él te conducirá sin inquietud hasta Aiodhiá. Tras estas palabras Vibhishana llamó urgentemente al carro parecido al Sol, acompañado por su hermano y por la ilustre videhana, encendida de rubor. El raghuida, ya montado, le dijo a Sugriva: «Apresúrate a subir en el carro con tus generales, Sugriva. Sube también con tus ministros, Vibhishana, monarca de los rakshasas. Al instante, Sugriva con los reyes de los simios, y Vibhishana con sus ministros, llenos de alegría, montaron en el gran carro pushpaka. Cuando todos estuvieron embarcados, Rama ordenó al vehículo que partiese y el incomparable carro de Kuvera se elevó hacia el mismo seno de los cielos. El carro volaba como una gran nube empujada por los vientos. Desde allí paseando su mirada por doquier, el guerrero descendiente de Raghú, dijo a Sita la mithiliana, la del rostro bello como el astro de la noche: «Mira, ya veo el palacio de mi madre… ¡Ayodhyá! ¡Inclínate ante ella, Sita, mi videhana, hete aquí de regreso!». Apenas la muchedumbre, presurosa, les vio llegar como un segundo sol y con tan rápida marcha, el aire fue rasgado con potentes gritos de alegría, lanzados por ancianos, mujeres y niños. Todos gritaban: «¡Aquí está Rama!». Bharata, pasando de la tristeza a la alegría, se acercó, con las manos juntas y honró a Rama: «Sé bienvenido», pronunció, con el respeto que le merecía su hermano. Pero éste se apresuró a alzarlo, lo apretó contra su pecho y lo estrechó entre sus brazos con alegría. El Samara-angana-sutradhara es una obra enciclopédica acerca de la arquitectura clásica hinduista (vastu shastra) escrita por Paramara Bhoja de Dhar, quien vivió entre el 1000 y el 1055 d. C.

En 83 capítulos se tratan temas como planeamiento urbanístico, arquitectura de casas y templos, escultura decorativa y mudras (diferentes poses de las manos y las piernas hice comparación en una publicación anterior ), los cánones de la pintura artística y un capítulo (el 31) dedicado a las iantras (‘máquinas’). El Libro de Krisna, describe con detalle estos objetos voladores:

“El vimana podía verse ora en el cielo, ora en la Tierra.” “Era capaz de moverse sobre el agua y bajo el agua.” “Podía ser visible y luego invisible.”


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“Era un ave de hierro que nadie podía destruir, tan grande como una ciudad.”

las naves de los antiguos

las naves de los antiguos 1las naves de los antiguos 2“Podía volar tan alto y tan veloz que resultaba imposible de ver, y aunque estuviese oscuro, el piloto podía conducirlo en la oscuridad.” ja! esto es de risa, palabras escritas hace miles de años, pero la ciencia moderna dice que es imposible que las culturas antiguas pudieran volar y mucho menos construir maquinas que volaran. Pero sigamos con el relato de los antiguos. Según los Vedas, los Vimanas eran capaces de desplegar un poder destructor bárbaro gracias a unas armas bautizadas como Astras y que nos recuerdan a las modernas bombas atómicas: “podían hacer brillar la noche como si fuera día” y que “su luz era la de mil soles cuando explotaban”. Así describe el Mahabarata la batalla que enfrentó al guerrero Arjuna –un gran héroe– contra hordas de asuras (demonios): ”Indra, señor del cielo, exigió a Arjuna que destruyera todo el ejército de los asuras. Estos treinta millones de demonios vivían en fortalezas situadas en las profundidades de los mares. Indra, señor del cielo, cedió a este efecto su propia vimana a Arjuna, pilotado por su diestro ayudante Matali. En la encarnizada batalla que siguió, los asuras provocaron lluvias diluviales, pero Arjuna les opuso un arma divina que logró desecar todo el agua.” … “Arjuna disparó un proyectil mortal que destruyó la ciudad entera en mil pedazos, dejando caer los fragmentos sobre la tierra.”( leer publicación de la guerra atómica en la antigüedad, en el blog de Pakal ) Y si esta gran civilización conoció el vuelo con maquinas, por que los mayas no? ya hemos hablado en otras publicaciones del adelanto tecnológico que tuvieron dichas civilizaciones, pero dirán los escépticos, muéstranos tus pruebas para que te creamos, pero las escrituras antiguas hablan por si solas igual cierto material arqueológico que nos queda, pues la gran mayoría de piezas encontradas, han ido a dar a colecciones privadas, y otras por la maldad de los que quieren ocultar la verdad, encerradas en algún museo. En las fotografías: Texto en sánscrito, donde se ven claramente dos vimanas y el vimana de Pakal el grande.

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