Cada año, aproximadamente 17.000 rocas espaciales penetran la atmósfera terrestre y logran sobrevivir el peligroso viaje hasta la superficie, ofreciendo a los científicos la oportunidad de estudiar estos visitantes del espacio.
Los científicos han determinado que, aunque algunos meteoritos provienen de la Luna y Marte, la mayoría se origina en asteroides. Sin embargo, dos estudios independientes publicados en Nature han avanzado aún más en esta investigación. Liderados por Miroslav Brož de la Universidad Carolina en la República Checa y Michaël Marsset del Observatorio Europeo Austral en Chile, estos estudios rastrearon el origen de la mayoría de los meteoritos hasta un pequeño grupo de eventos de fragmentación de asteroides, e incluso hasta asteroides individuales.
¿Qué es un meteorito?
Un meteorito es una bola de fuego que llega a la superficie de la Tierra. Los meteoritos se clasifican en tres tipos principales: rocosos, metálicos y rocosos-metálicos.
Meteoritos Rocosos
Los meteoritos rocosos se dividen en dos tipos. Los más comunes son las condritas, que contienen objetos redondos en su interior, formados como gotas de material fundido. Estas representan el 85 % de todos los meteoritos encontrados en la Tierra.
La mayoría de las condritas son conocidas como “condritas ordinarias”. Estas se subdividen en tres clases principales —H, L y LL—, según el contenido de hierro y la distribución de hierro y magnesio en los minerales principales, olivino y piroxeno. Estos minerales de silicato son fundamentales en la construcción de nuestro sistema solar y son comunes en la Tierra, especialmente en el basalto.
Las condritas carbonáceas son un grupo especial de meteoritos que contienen una gran cantidad de agua en minerales arcillosos y materiales orgánicos, como aminoácidos. Estas condritas nunca se han derretido, lo que las convierte en muestras directas del polvo primordial que formó el sistema solar.
Por otro lado, las acondritas son un tipo menos común de meteoritos rocosos. A diferencia de las condritas, no presentan las partículas redondeadas características, ya que han pasado por procesos de fusión en cuerpos planetarios.
El cinturón de asteroides, ubicado entre Marte y Júpiter, es la principal fuente de meteoritos. La mayoría de los asteroides se encuentran en esta región densa, donde la poderosa gravedad de Júpiter organiza y arrastra estos cuerpos. La influencia del gigante gaseoso puede alterar sus órbitas y provocar colisiones, generando escombros que pueden agruparse para formar nuevos asteroides.
Recientemente, misiones como Hayabusa y Osiris-REx han visitado este tipo de asteroides y han traído muestras de vuelta a la Tierra. Estas misiones han establecido la conexión entre tipos específicos de asteroides y los meteoritos que caen en nuestro planeta.
Los asteroides de clase S, que se asemejan a los meteoritos rocosos, se localizan en las zonas internas del cinturón de asteroides. En cambio, los asteroides de clase C, similares a las condritas carbonáceas, son más frecuentes en las regiones externas.
No obstante, como indican dos estudios publicados en Nature, es posible vincular un tipo específico de meteorito con su asteroide de origen en el cinturón principal.
Una familia de asteroides
Dos nuevos estudios han identificado el origen de las condritas ordinarias en familias específicas de asteroides, e incluso en asteroides individuales. Este trabajo implica un rastreo detallado de las trayectorias de los meteoroides, observaciones de asteroides individuales y un modelado preciso de la evolución orbital de los cuerpos progenitores.
El estudio liderado por Brož reveló que las condritas ordinarias se originan a partir de colisiones entre asteroides de más de 30 kilómetros de diámetro, ocurridas hace menos de 30 millones de años.
Las familias de asteroides Koronis y Massalia tienen tamaños adecuados y están ubicadas en posiciones que, según el modelado computacional detallado, permiten que el material llegue a la Tierra. Dentro de estas familias, los asteroides Koronis y Karin son probablemente las principales fuentes de las condritas H. Las familias Massalia (L) y Flora (LL) son las principales fuentes de meteoritos tipo L y LL.
El 28 de febrero de 2009, Peter Jenniskens, astrónomo de meteoros en el Centro de Investigación Ames de la NASA y el Instituto SETI en Mountain View, California, encontró su primer meteorito 2008TC3, un asteroide del tamaño de un SUV que se rompió en dos piezas al aterrizar en el desierto nubio del norte de Sudán en 2008. Crédito: NASA/SETI/P. Jenniskens.
Por otro lado, el estudio liderado por Marsset documentó aún más el origen de los meteoritos L de la familia Massalia.
Se recopilaron datos espectroscópicos de asteroides en el cinturón entre Marte y Júpiter, mostrando que la composición de los meteoritos L en la Tierra es muy similar a la de la familia de asteroides Massalia.
Luego, los científicos utilizaron modelos computacionales para demostrar que una colisión de asteroides ocurrida hace aproximadamente 470 millones de años formó la familia Massalia. De manera fortuita, esta colisión también produjo abundantes meteoritos fósiles en las calizas ordovícicas de Suecia.
Al identificar estos orígenes, los estudios mencionados establecen las bases para futuras misiones que visiten los asteroides responsables de los meteoritos más comunes que llegan a la Tierra. Además, nos permiten comprender mejor los eventos que dieron forma a nuestro sistema planetario.
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