La cenicienta original

La Historia de Ródope

La historia de Cenicienta, popularizada por Walt Disney, tiene sus raíces en un antiguo relato que ha sido transmitido a través de generaciones. Aunque los hermanos Grimm y Charles Perrault recogieron versiones de este cuento en sus libros, sus orígenes se remontan mucho más atrás en el tiempo.

El relato más antiguo conocido fue registrado por el geógrafo griego Estrabón en su obra Geographica. Sin embargo, la verdadera leyenda se sitúa en el antiguo Egipto, donde la protagonista era una joven llamada Ródope, cuyo nombre en griego significa “mejillas rosadas”.

Ródope era una hermosa joven griega que fue secuestrada por piratas y vendida como esclava en Egipto. Su amo, un anciano, no sabía que las otras criadas se burlaban de Ródope por su cabello rubio y sus ojos verdes, características que contrastaban con sus propias pieles de tono cobrizo. A pesar de las burlas, Ródope encontró consuelo en los animales de la casa y de las orillas del Nilo.

Un día, mientras bailaba cerca del río, su amo quedó impresionado por su gracia y le regaló unas sandalias rojas y doradas. Este regalo despertó la envidia de las otras criadas. Cuando el faraón convocó a sus súbditos a una gran fiesta en Menfis, el anciano llevó a todas sus criadas, incluida Ródope. Sin embargo, las otras criadas la obligaron a quedarse en casa para terminar las tareas, privándola de asistir a la fiesta.

Desolada, Ródope se acercó al río y se descalzó para bañarse. Un halcón, que resultó ser el dios Horus, se llevó una de sus sandalias. Mientras tanto, en la fiesta, el faraón recibió la sandalia del halcón y, creyendo que era una señal divina, decidió buscar a su dueña.

El faraón recorrió Egipto en busca de la propietaria de la sandalia. Finalmente, llegó a la casa de Ródope. Las criadas intentaron probarse la sandalia sin éxito. Cuando el faraón vio a Ródope escondida, la invitó a probarse la sandalia, que le quedó perfectamente. Al mostrar la otra sandalia que había guardado, quedó claro que ella era la dueña.

El faraón declaró que Ródope sería su reina, a pesar de las objeciones de algunos que señalaban su origen extranjero. Él respondió que Ródope era la más egipcia de todas, con ojos verdes como el Nilo, cabello del color del papiro y piel rosada como la flor de loto. Así, Ródope se convirtió en reina de Egipto y su historia se transformó en leyenda.