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Aparte de Bob Lazar, hay otra persona interesante llamada Bill Uhouse que afirmó haber trabajado en el Área 51. Y su testimonio es aún más impresionante.
El Capitán Uhouse sirvió 10 años en la Infantería de Marina como piloto de caza y cuatro años en la Fuerza Aérea en la Base de la Fuerza Aérea Wright-Patterson como civil realizando pruebas de vuelo de aeronaves experimentales exóticas (F-89, B-47, F-102 , etc).
Más tarde, durante los siguientes 30 años, trabajó para contratistas de defensa como ingeniero.
Falleció en agosto de 2009, pero su testimonio sobre algo increíble se registró en una entrevista unos años antes para uno de los documentales del ufólogo Steven Greer .
Uhouse dijo que en 1958 fue invitado por un hombre, cuya identidad no fue revelada, para trabajar en una nueva tecnología secreta.
Aparentemente, era un simulador de disco volador que, según él, en realidad se basó en un OVNI rediseñado de 100 pies de largo que se estrelló en Kingman, Arizona, en 1953, y estaba protegido en el Área 51, que todavía estaba en construcción.
cooperación alienígena
Los tripulantes y sobrevivientes de este incidente habrían sido cuatro seres extraterrestres -heridos en mayor o menor grado-, quienes tras ser “rescatados” fueron transportados a Los Álamos para compartir y ayudar con la ingeniería inversa sobre los restos recuperados.
La especialidad del Capitán Uhouse era la cabina de vuelo y los instrumentos en la cabina de vuelo: entendía el campo gravitacional y lo que se necesitaba para entrenar a las personas para experimentar la antigravedad.
De hecho, se reunió varias veces con un extraterrestre al que llamaron J-rod (o Jarod) que ayudó a los físicos e ingenieros a comprender dicha nave.
“Solo hubo uno de ellos (alienígena) que habló con los científicos en el laboratorio y el resto no habló con nadie”, dijo, aclarando que la comunicación parecía darse a través de la telepatía.
“En realidad hablan, pero no como nosotros”.
Dentro de la tecnología ET
El diseño de la nave discoide era tan sofisticadamente simple que no se le podía acoplar nada externo, como ametralladoras o bombas, como en los aviones tradicionales.
Además, se requería una buena cantidad de tiempo para que una persona se capacitara y se adaptara para poder operarlo.
Respecto a la propulsión de la nave, Uhouse señaló que este objeto generaba su propio campo gravitatorio por lo que en su interior “no había arriba ni abajo”.
También enfatizó que en lo que había trabajado era diferente de lo que Bob Lazar llamó un reactor.
Aunque explicó que dentro había un espacio que podía contar como tal y que habían operado el simulador con seis grandes capacitores cargados con un millón de voltios cada uno.
La entrevista completa se puede ver a continuación: