Erlik, conocido también como Erklikhan, Erlig, Erik o Erklik, es el dios de la muerte y del inframundo en la mitología turco-mongola. Comúnmente se le describe como un monstruo, con el rostro y los dientes de un cerdo combinado con el cuerpo bien definido de un humano. Posee ojos negros, además de cejas y bigotes prominentes. A veces es representado por un tótem de oso.
Según la mitología, Erlik fue la primera creación de Ülgen, el dios creador, pero el orgullo de Erlik llevó a ambos a un conflicto. Erlik se juzgó igual que Ülgen, y deseaba crear su propia tierra. Su audacia obligó a Ülgen a exiliarlo a la novena capa de la tierra, donde Erlik de proclamó señor del inframundo, en oposición al mundo superior gobernado por Ülgen.
Erlik se encarga de propagar todos los tipos de enfermedades existentes, y exige sacrificios a los hombres para aplacar sus actividades. Si no recibe lo que pide, toma los cadáveres de las personas que mató y los arrastra al inframundo, donde los convierte en sus esclavos. Por eso, especialmente entre los pueblos Altay, cuando alguna enfermedad empieza a propagarse en el entorno, temen que sea obra de Erlik, y realizan muchos sacrificios de animales para aplicar su ira.
Erlik comanda una legión de espíritus malignos, responsables por traer infelicidad, enfermedades y muerte a la humanidad. Además de estos siervos, Erlik tiene nuevo hijos y nueve hijas, llamadas Karaoğlanlar («negros») y Karakızlar («negras»), que también lo ayudan en su tarea de hacer el mal.
Los hijos varones de Erlik son Karash Khan, Shingay Khan, Matyr Khan, Komur Khan, Yabash Khan, Badish Khan, Temir Khan, Uchar Khan y Kerey Khan. En lo que respecta a las mujeres, se desconocen los nombres.
Curiosidad: el Erlikosaurus («reptil de Erlik») fue bautizado así en honor a este ser mitológico.
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