Queridos fans de las conspiraciones, hoy es vuestro día. Estamos acostumbrados a encontrarnos multitud de mensajes ocultos en las películas más famosas, pero pocos tan interesantes como los que el gran Stanley Kubrick ocultó en esa maravilla titulada “El Resplandor”.
Viajemos al 20 de julio de 1969. Seguro que estáis pensando que se nos ha ido la mano con la máquina del tiempo, ya que el filme llegaba a las salas de todo el planeta en 1980. Pero el día citado ocupa un lugar de honor en la historia de la humanidad, ya que ese día el hombre llegaba a la Luna. U.S.A. se imponía a la Unión Soviética en una de las batallas más llamativas de la Guerra Fría: la carrera espacial. Desde entonces, las teorías sobre la posibilidad de que se tratase de un montaje se convertían en una constante. De entre todas ellas, la que más adeptos ganaba era la de que Stanley Kubrick había sido el encargado de rodar en un plató aquella supuesta llegada a la luna. Una teoría que el propio Kubrick parece confirmar con mensajes ocultos en “El Resplandor”.
El primero de los elementos que apuntarían a ello lo encontramos en la secuencia en la que Danny Torrance está jugando en un suelo con dibujos exagonales al más puro estilo de una plataforma de despegue. Esto sería algo anecdótico de no ser porque, cuando el niño se levanta, nos encontramos en su camiseta el dibujo del Apollo 11, la nave con la que el hombre llegó a la luna.
Pero aquí no acaba la cosa. La habitación más famosa del cine tenía el número 237, la distancia que se creía que separaba a la Tierra de la Luna (237.000 millas). Un detalle importante si tenemos en cuenta que el director quiso cambiar el número 217 de la novela original de Stephen King. El hecho de que la máquina de escribir de Jack Torrance fuese de la marca “Águila”,tampoco parece cuestión del azar, ya que el módulo que aterrizó en la Luna tenía ese nombre.
Puestos a encontrar conspiraciones, siempre hay algo a nuestro alcance. Lo que pasa es que el grandísimo Stanley Kubrick no era de dar puntadas sin hilo. Juzgad vosotros mismos.