Resonancia planetaria
Cuando uno sopla en el pico de una botella con el ángulo adecuado puede escuchar un sonido silbante emitirse de ella. Se trata de la resonancia: la vibración que se genera cuando el aire atrapado en la botella comienza a presionarse y cuya longitud de onda es del tamaño de la cámara que la contiene.
En el caso de las botellas, si desean saberlo, ronda los 196Hz.
Las resonancias magnéticas responden exactamente al mismo principio, sólo que no necesitan de un medio (como el aire) para propagarse. Esto también significa que las barreras físicas son menos efectivas creando la resonancia y se necesitan campos magnéticos o regiones con una carga eléctrica importante para contenerla. Como, en el caso de la Tierra, la Ionósfera.
En 1952 Winfried Otto Schumann, físico alemán, calculó matemáticamente que en la atmósfera terrestre dicha resonancia debería tener una frecuencia de aproximadamente 7,8Hz, es decir,ubicada en el rango de la luz de frecuencia muy baja (luego de las ondas de radio). A grandes rasgos, los seres humanos somos capaces de percibir ondas lumínicas entre los 430 y los 770 THz (un THZ equivale a 1’000.000’000.000 Hz), por lo que dichas ondas de luz se encuentran muy lejos de nuestra capacidad de visión.
Son completamente imperceptibles para nosotros.
Schumann hizo sus cálculos basándose en las afirmaciones de científicos previos, en particular George Francis Fitzergald quien predijo la existencia de dicha resonancia en primer lugar. Evidencias indican también que Nicola Tesla habría detectado dicha resonancia, aunque nunca lo publicó a la comunidad científica.
Implicaciones
Como mencionamos en el artículo Inducción en Ondas Cerebrales nuestro cerebro emite ondas particulares de acuerdo con sus distintos estados emocionales. Dichas ondas fluctúan entre los 1 y 100 Hz y, dependiendo de su frecuencia, indican el estado natural del cerebro.
Durante algún tiempo ha venido popularizándose la noción de que la Resonancia Schumann es de exactamente7,8 Hz, y que dicha resonancia tiene una idéntica frecuencia a las ondas alpha cerebrales (de también 7,8 Hz exactamente). Dichas afirmaciones son imprecisas, pero esconden tras de sí una verdad extremadamente profunda.
La longitud de las ondas de la Resonancia está dada por el espacio entre la Ionósfera y la Corteza Terrestre
En verdad, la Resonancia Schumann fluctúa en torno a los 7,8 Hz, alcanzando a veces niveles de 6 Hz o poco menos y a veces los 12 Hz. Dicha resonancia, en efecto, coincide casi totalmente con las ondas alpha cerebrales, que van de los 7,5 Hz a los 13 Hz y están asociadas con niveles de relajación y tranquilidad. Lo que sobra del espectro que coincide con la Resonancia corresponde a las Ondas Theta, asociadas a niveles de sueño ligero. En esencia, la Resonancia Schumann coincide con las ondas cerebrales de relajación y sueño muy ligero.
La coincidencia resulta cuanto menos intrigante. ¿Por qué la actividad neuronal asociada a la meditación generaría las mismas ondas que las voces del planeta ¿Por qué muchos seres vivos – en particular los mamíferos – presentan estas mismas variaciones?
Como lo vimos en el artículo de la Inducción de Ondas Cerebrales, existen indicios de que la existencia de frecuencias en el exterior de la cabeza puede de hecho influir en el comportamiento cerebral. De ser así, y de poder detectar – aunque de una manera muy, muy inconsciente – dicha resonancia, se podría decir que la voz de la Tierra nos dice, de manera constante, que estemos tranquilos.
Bueno, realmente no de manera constante. Así como en la botella el sonido se produce como consecuencia del viento que sopla una persona, en la atmósfera tiene que haber algo que brinde la energía para las ondas. Ese algo son los rayos y relámpagos, y mientras en algún lugar del mundo haya una tormenta eléctrica la Resonancia retumbará a lo largo y ancho de toda la atmósfera terrestre.
Las ondas alpha y tetha se asocian con estados de relajación y sueño ligero
Verdades y mentiras
El asunto de la Resonancia Schumann ha generado todo tipo de teorías y mitos en Internet, siendo el más famoso uno que hablaba de que el día terrestre supuestamente se había reducido de 24 a 16 horas a la par con un aumento de la resonancia de 7,8 a 12 Hz. Dicha afirmación, que se popularizó de inmediato en diversas páginas, no parece tener mucho sustento, pues la Resonancia Schumann siempre se mueve naturalmente entre esos valores.
Sin embargo, otras afirmaciones se referían a cosas más posibles, como la alteración de dicha resonancia por medios artificiales. Por ahora no parece ser algo posible, pero vale la pena preguntarnos si no sería viable en unos años… y cuáles serían sus consecuencias.
Si en verdad la Resonancia tiene un efecto directo en nosotros, modificarla podría cambiar la manera en que muchos (si no todos) percibimos al mundo. Se trata de un campo que hasta ahora se está abriendo y del que no sabemos mucho, pero que potencialmente podría darle mucho poder a unas pocas personas detrás de algún complejo dispositivo tecnológico. Y digan lo que digan, este tipo de situaciones nunca salen bien.
Por último, vale la pena pensar en qué representa toda la tecnología que ya existe a nuestro alrededor. Aunque la mayor parte se mueve con ondas de radio (de más de 1.000 Hz) es más que posible que algunos aparatos generen ondas más cortas, de 100 Hz o menos. Dichas ondas están asociadas con estados de angustia y estrés, y podrían estar induciendo estados alterados de conciencia en nuestras mentes. Y, por supuesto, no en un estado positivo.
Aunque bueno, puede que algunos dispositivos emitan ondas de 10 Hz wikk y nos ayuden a relajarnos. Realmente no lo sabemos. Y el no saber sobre algo que podría impactar tanto en nuestras vidas resulta realmente preocupante.
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