Millones de planetas que orbitan enanas amarillas podrían ser la clave para el descubrimiento de vida extraterrestre. Un estudio reciente de astrónomos de la Universidad de Florida (EE.UU.) y publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences mostró que alrededor de un tercio de los planetas estudiados podrían ser habitables.
Las enanas amarillas, incluido nuestro sol, son raras en la Vía Láctea, que está dominada por estrellas más pequeñas y más frías. Sin embargo, a pesar de esto, millones de planetas giran alrededor de enanas amarillas, algunas de las cuales están lo suficientemente cerca de sus estrellas como para albergar vida.
Sin embargo, la vida en estos planetas enfrenta muchas amenazas. Estar cerca de sus estrellas expone a los planetas a radiación mortal y fuerzas gravitatorias capaces de destrozar el planeta.
Los investigadores midieron la excentricidad orbital de más de 150 planetas detectados por el telescopio Kepler y estrellas enanas en órbita. Descubrieron que los planetas con órbitas más redondeadas tienen más probabilidades de retener agua en sus superficies, lo cual es un factor importante en la posibilidad de vida.
El hallazgo clave del estudio fue que tener más de un planeta en un sistema promueve más órbitas circulares, dando a los planetas la distancia necesaria de sus estrellas para conservar agua y crear condiciones para la vida.
Los sistemas con un planeta, por el contrario, tienen más probabilidades de tener órbitas ovaladas, lo que reduce la probabilidad de que estos planetas sean habitables.
Con base en estos hallazgos, los científicos sugieren que podría haber cientos de millones de planetas potencialmente habitables en la Vía Láctea. Esto abre perspectivas ilimitadas para la búsqueda y el estudio de la vida extraterrestre.
Incluso si solo una pequeña fracción del uno por ciento de estos planetas resulta ser habitable, todavía nos enfrentamos a una asombrosa variedad de formas de vida que pueden existir en el universo. Desde los microorganismos primitivos hasta los organismos multicelulares complejos.
Este descubrimiento destaca la importancia de una mayor investigación y desarrollo de tecnologías que nos ayuden a explorar estos mundos distantes.
Las misiones espaciales y los observatorios continúan trabajando, abriéndonos nuevos horizontes y brindando datos únicos sobre los planetas alrededor de las enanas amarillas y otras estrellas.
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