Un caso OVNI que sugiere la existencia de una tecnología más allá de la capacidad humana conocida en ese momento.
Con el título Avistamientos Inusuales de Objetos Voladores y Actividad Científica Asociada, el documento fue revelado en 1978. Originalmente tenía una sola página y estaba clasificado como «Confidencial», con censuras relativamente mínimas.
En el texto legible se detalla un relato intrigante de una fuente en Hungría, que en el invierno de 1955 recibió una carta que mencionaba los misteriosos «platillos voladores». Estos objetos, descritos como «voladores muy rápidos», se estimaba que viajaban a una friolera velocidad de 12.000 kilómetros por hora (kph).
Páginas adicionales
En enero de 2020, The Black Vault, el sitio especializado en desclasificación dirigido por el investigador John Greenewald, presentó un caso de Revisión Obligatoria de Desclasificación (MDR), buscando descubrir más detalles y levantar las censuras.
Y aunque la MDR no logró su objetivo principal, el caso reveló que había más información de la que se conocía previamente. Se dio a conocer la existencia de dos páginas adicionales, y estas fueron censuradas en su totalidad. Las eliminaciones se realizaron en base a las Secciones 3.3(h)(2) y 6.2(d) de la Orden Ejecutiva 13526. La Sección 3.3(h)(2) de la Orden Ejecutiva 13526 establece procedimientos para la desclasificación automática de información que tiene más de 25 años, a menos que caiga bajo exenciones específicas delineadas en la orden. La Sección 6.2(d) se refiere a la protección de la información que, si se revela, podría razonablemente esperarse que cause daño identificable o describible a la seguridad nacional o relaciones exteriores. Permite la clasificación continua de dicha información para evitar daños a los intereses de seguridad nacional de los Estados Unidos.
La revelación de estas páginas adicionales agrega una nueva capa de misterio al caso. Plantea preguntas sobre qué información extra podría contenerse y por qué se considera tan sensible como para justificar una total censura.
¿Cohetes o platillos?
Para poner la velocidad reportada de los objetos voladores en perspectiva, vale la pena señalar que la aeronave más rápida del mundo en noviembre de 1955 era el North American F-100C Super Sabre, que estableció un récord el 20 de agosto de 1955 de 1.323 kph.
La velocidad de 12.000 kph mencionada en el registro de la CIA supera por mucho eso, sugiriendo que los objetos voladores eran de una naturaleza extraordinaria para la época en que fueron vistos. Pero, ¿pudieron no ser aeronaves en absoluto?
El documento de la CIA menciona «cohetes», pero no está claro si la aclaración entre paréntesis fue un intento de una traducción alternativa por parte de un analista de la agencia de inteligencia o si la palabra fue transmitida realmente por la fuente original. Sin embargo, para abordar la posibilidad de que estos objetos fueran, de hecho, cohetes, se necesita contexto histórico.
En 1955, la carrera por la supremacía en tecnología de cohetes estaba en pleno apogeo, con Estados Unidos y la Unión Soviética empujando los límites de lo posible. Si bien las velocidades exactas de los cohetes en ese momento no están bien documentadas, se sabe que la era estuvo marcada por avances significativos en la propulsión de cohetes y aerodinámica. El cohete V-2, desarrollado por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y luego utilizado por Estados Unidos y la URSS para la investigación, podía alcanzar velocidades de hasta 5.760 kph.
Lanzamiento de un V2 en 1943.
No obstante, fue el desarrollo del misil balístico intercontinental (ICBM) y la primera carrera espacial lo que realmente impulsó las velocidades de los cohetes a nuevas alturas. A fines de la década de 1950, los cohetes eran capaces de alcanzar velocidades que superaban con creces las de cualquier aeronave, sentando las bases para la exploración del espacio y el eventual alunizaje. Si bien la velocidad informada de 12.000 kph para los objetos voladores no identificados en el documento de la CIA fue extraordinaria para su tiempo, presagiaba las velocidades increíbles que los cohetes alcanzarían en los años venideros.
Entonces, teniendo todo lo anterior en cuenta, no sería justo achacar el avistamiento reportado a cohetes. Por ejemplo, el Redstone, que se cree que fue uno de los cohetes más rápidos de la misma época (1958), aún quedó miles de kilómetros por hora por debajo de la velocidad mencionada en el documento desclasificado.
Otro punto que descarta tal posibilidad es el dibujo que aparece en la primera página que ilustra la trayectoria en la que fueron vistos volando los objetos, que muestra a 11 platillos (círculos) en formación 4-3-4 yendo desde Budapest a Moscú.
Dibujo mostrando los objetos en formación avistados y su trayectoria.
Por último, si fuera algo balístico y mundano, ¿qué necesidad habría de tanto secretismo tras casi 70 años después del evento?
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