A través de la lente de la literatura y la poesía griega, podemos explorar su rica mitología, donde dioses y semidioses convivían estrechamente con los humanos. Estos dioses, notablemente humanizados, podían ser intensamente emocionales, vengativos y crueles con los mortales. En muchos aspectos, no eran muy diferentes del dios del Antiguo Testamento, Jehová, quien atormentaba y ordenaba masacres contra los pueblos desafortunados que se cruzaban en el camino de los judíos.
Mitología griega
La mitología griega también nos brinda relatos que aluden a capacidades que superan las posibilidades humanas de la época. Seres que podían recorrer vastas distancias utilizando artefactos voladores y que portaban armas de gran poder destructivo. Dioses que otorgaban conocimientos prohibidos o “poderes sagrados” a los antiguos reyes, cuyos descendientes, al ser considerados “hijos de los dioses”, poseían el derecho divino de gobernar sobre la humanidad.
Escena de la película «Inmortals» (2011). Crédito: Relativity Media
Los superhéroes de la antigüedad eran descritos como seres con fuerza sobrehumana y poderes sobrenaturales. Poseidón, por ejemplo, podía atravesar inmensas distancias con solo tres pasos, similar al dios Vishnu de la India. Hera viajaba a la velocidad del pensamiento, mientras que Hermes y Atenea descendían del cielo con sandalias aladas. Atenea, en ocasiones, era representada volando como un halcón. Poseidón regaló a Penélope un carro de guerra alado que, al correr sobre el mar, no mojaba sus ejes. Los antiguos dioses griegos poseían cascos que los hacían invisibles, armaduras que los volvían invulnerables a las armas enemigas y tridentes que disparaban rayos.
Estas capacidades y proezas, a la luz de la era tecnológica que disfrutamos hoy, pueden desmitificarse de su “origen divino” y enmarcarse dentro de una tecnología avanzada que nos fue entregada hace miles de años. Solo pudimos entenderla como un “regalo de los dioses”, otorgado a unos pocos privilegiados. Hoy en día, hablar de velocidad supersónica es común, hemos logrado hacer invisibles algunos objetos gracias a la investigación con metamateriales, y los soldados están protegidos con chalecos antibalas y exoesqueletos. No resulta sorprendente pensar en la visita de extraterrestres tecnológicamente avanzados, que fueron percibidos como dioses por nuestros antepasados, capaces de realizar hazañas imposibles para ellos, como volar o hacerse invisibles a voluntad.
Escena de la película «Inmortals» (2011). Crédito: Relativity Media
Antes del descubrimiento de la mítica ciudad de Troya por Heinrich Schliemann, basado únicamente en las descripciones de la “Ilíada” de Homero, escrita en el siglo VIII a.C., se pensaba que las historias narradas en los textos helénicos eran meras fantasías literarias sin ningún fundamento real. Sin embargo, tras el hallazgo de Troya en 1870, las “leyendas” griegas que describen a los dioses olímpicos descendiendo del cielo para interactuar con los mortales comenzaron a ser vistas bajo una nueva luz. Este descubrimiento cambió la percepción de muchos, sugiriendo que quizás había más verdad en estos antiguos relatos de lo que se había creído anteriormente.
Conexión Sumeria
Libro «Dioses y Astronautas en la Antigüedad» de W. Raymond Drake
Drake escribe en su libro «Dioses y Astronautas en la Antigüedad»:
“El mito no es una simple fantasía ni una ficción etérea de un pasado olvidado, sino una tradición oral, recuerdos oscuros de una antigüedad remota, profundamente grabados en la mente popular”.
En este libro, el autor inglés describe eventos que coinciden en las culturas griega y romana, muchos de los cuales se asemejan a relatos bíblicos. Por ejemplo, Urano (el Cielo) se unió a Gea (la Tierra) y fue padre de doce hijos gigantes, los Titanes, y también de tres hijos rebeldes, los Cíclopes, que tenían un solo ojo. (Similar a la historia de «Adán y Eva»)
Escena de la película «Inmortals» (2011). Crédito: Relativity Media
Estos sorprendentes paralelismos entre las mitologías de diversas culturas son asombrosamente comunes. Por ejemplo, cuando hablamos de guerras entre dioses, la mitología griega no es la única que las relata; también encontramos tales conflictos en el apocalíptico Ragnarök de la mitología nórdica. Igualmente, son notables las épicas batallas entre los dioses Anunnaki de los sumerios y las deidades de las mitologías china e hindú. Se narran epopeyas dramáticas de titanes desterrados por los dioses. Zeus y Odín, en esencia, representan al mismo dios, y la lanza de Odín y el rayo destructor de Zeus parecen ser armas gemelas.
La existencia de estos paralelismos entre diferentes culturas, junto con la correlación entre los descubrimientos históricos y las “leyendas” de la antigüedad, podrían considerarse razonablemente como evidencias circunstanciales que no demuestran que los protagonistas de estas historias hayan sido extraterrestres. Sin embargo, esta sigue siendo una hipótesis que debería estudiarse con seriedad y con una mente abierta.
Autor bibliotecaOculta.com