Lo han bautizado como ‘StarCrete’ y es el doble de fuerte que el cemento tradicional: resiste 72 megapascales.
Pensar en cómo dar cobijo a los futuros colonos de Marte trae bastante de cabeza a los ingenieros espaciales. Dado que no sería posible un regreso rápido a la Tierra durante las misiones en el espacio profundo, es importante confiar en los materiales que se pueden encontrar allí en Marte (ya que transportarlos es realmente costoso).
Ahora, un equipo de científicos del Future Biomanufacturing Research Hub parece haber dado con una solución muy interesante: un cemento cósmico hecho de polvo marciano que es el doble de resistente que el cemento tradicional. Si el tradicional soporta hasta 32 megapascales, este lo hace hasta 72 Mpa.
La receta de este ‘cemento de las estrellas’ es: una mezcla de polvo planetario que se encuentra en la superficie de Marte, almidón de patata y una pizca de sal que podría provenir de las lágrimas de los astronautas, según apuntan los investigadores en su estudio publicado en la revista Open Engineering.
Ciudad en Marte
¿Por qué almidón y no sangre?
Previamente, el equipo analizó sangre y orina humana como agente aglutinante, pero no es algo práctico a gran escala.
Según los cálculos, un saco de patatas de 55 kilogramos contiene suficiente almidón para producir casi media tonelada de StarCrete: 213 ladrillos. (Por tenerlo en cuenta, se necesitan unos 7.500 ladrillos para hacer una casa de tres habitaciones). También descubrieron que la sal común (cloruro de magnesio, que se encuentra en Marte) y las lágrimas de los astronautas podrían ayudar aún más a mejorar la resistencia de este material.
«Dado que produciremos almidón como alimento para los astronautas, tenía sentido verlo como un agente aglutinante en lugar de sangre humana. Además, las tecnologías de construcción actuales todavía necesitan muchos años de desarrollo y requieren una energía considerable y un equipo de procesamiento pesado adicional que añade coste y complejidad a la misión. El cemento cósmico no necesita nada de esto, por lo que simplifica la misión y la hace más económica y factible. Y de todos modos, ¡los astronautas probablemente no quieran vivir en casas hechas de costras y orina!» apunta Aled Roberts, investigador asociado en el Future Biomanufacturing Research Hub e investigador principal de este proyecto.
Respetuoso con el medio ambiente
Además, a diferencia del cemento tradicional, cuyo proceso de fabricación requiere temperaturas de cocción muy altas y grandes cantidades de energía, el cemento cósmico se puede preparar en un horno común o incluso en un microondas a las temperaturas normales de cocción, lo que ofrece costos de energía reducidos para la producción en masa. Quizá podría ser una buena idea plantearlo como alternativa al cemento y hormigón que representan alrededor del 8% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2). Sería una alternativa mucho más respetuosa con el medio ambiente que los métodos tradicionales.