A medida que pasan por nuestro Sistema Solar, las estrellas vecinas pueden alterar las órbitas de los planetas, dificultando el estudio de la historia orbital de la Tierra. Una nueva investigación muestra que este obstáculo, conocido como horizonte temporal, también puede afectar los estudios del pasado climático de nuestro planeta.
De vez en cuando, algunas estrellas pasan cerca del Sol a distancias de hasta 3 años luz, provocando una “atracción” gravitacional e influyendo en las órbitas de los objetos dentro del Sistema Solar. A modo de comparación, Próxima Centauri, la estrella más cercana a nosotros, está a 4,2 años luz de distancia.
Los astrónomos estiman que estos pasajes deben ocurrir 20 veces, con estrellas diferentes, cada millón de años. El horizonte temporal, definido por hasta qué punto los científicos pueden “retroceder” en el tiempo, depende de la comprensión de los sutiles cambios orbitales causados por estos eventos.
Este “regreso al pasado” se realiza mediante cálculos de órbitas planetarias; Una vez que están bien definidas, es posible rebobinar las trayectorias de los objetos celestes con facilidad. Sin embargo, los factores irrelevantes en escalas de tiempo pequeñas se vuelven mucho más pronunciados cuando la regresión avanza hasta unos pocos miles de años en el pasado.
Algunos de estos factores incluyen detalles orbitales dentro del propio Sistema Solar, como la forma ligeramente ovalada del Sol y los tamaños y posiciones de los grandes asteroides. Pueden ser relativamente insignificantes, dependiendo del propósito del rebobinado del tiempo, pero no para estudiar el pasado distante de la Tierra.
Según los autores del nuevo estudio, el paso de otras estrellas por las cercanías del Sol puede haber acortado el horizonte temporal de la Tierra hasta en un 10%, equivalente a 7 millones de años. Esto significa que, si se ignoran, estos pasajes podrían afectar los resultados de los estudios sobre nuestras eras geológicas.
Se considera que el horizonte temporal de la Tierra está entre 60 y 70 millones de años atrás, cuando las predicciones de la órbita se vuelven muy difíciles de calcular. En otras palabras, este es el período en el que los científicos pueden retroceder en el tiempo orbital de la Tierra sin correr demasiado riesgo de volverse excesivamente incierto.
Nathan Kaib, científico del Instituto de Ciencias Planetarias de Tucson, Arizona, y autor principal del nuevo estudio, dijo que los cálculos más precisos del horizonte temporal suponen que el Sistema Solar existe de forma aislada, lo que significa que no tienen en cuenta los acontecimientos en el planeta. Vía Láctea como una todas.
Entonces, el equipo de Kaib decidió utilizar simulaciones por computadora para rastrear la órbita de la Tierra 150 millones de años en el pasado, incluidas las influencias gravitacionales de los planetas, Plutón y los principales asteroides. Descubrieron que, cuando se llega a hace 67 millones de años, la órbita de la Tierra se vuelve difícil de determinar con precisión.
Luego colocaron el Sistema Solar simulado en el contexto de la vecindad estelar y dejaron pasar estrellas a través de él al ritmo previsto de 20 estrellas cada millón de años. Los resultados mostraron que, en algunos escenarios, la influencia gravitacional de una estrella altera las órbitas de los planetas exteriores (de Júpiter a Neptuno).
Sabiendo que estos planetas por sí solos ya ejercen una influencia sobre la Tierra, los autores calcularon que uno de estos pasajes acortaría el horizonte temporal entre 5 y 7 millones de años, es decir, entre un 7% y un 10%.
Con estos ajustes, el horizonte temporal estaría dentro del rango de eventos paleoclimáticos, como el Máximo Térmico Paleoceno-Eoceno (PETM), ocurrido hace alrededor de 55 millones de años. El PETM es una era en la que la Tierra ha experimentado un aumento de más de 5°C en la temperatura global, posiblemente debido a cambios en la órbita terrestre.
Sin embargo, los autores advierten que los modelos aún no incluyen otros detalles importantes, como mareas y variaciones en la forma del Sol o la Luna a lo largo del tiempo, que pueden afectar la precisión de los cálculos del horizonte temporal.
El artículo de investigación fue publicado en Cartas de revistas astrofísicas.
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