Aparentemente, la luna es una pieza de hardware terraformada y diseñada, con una capa exterior de polvo y roca de 3 millas de espesor, que tiene, debajo de esta capa, una gruesa capa sólida de alrededor de 20 millas hecha de materiales altamente resistentes como el titanio, uranio 236, neptunio 237.
No es lo que uno esperaría encontrar “dentro” de la Luna.
A pesar de seis visitas anunciadas de astronautas estadounidenses entre 1969 y 1972, la Luna sigue siendo un enigma para los científicos en muchos aspectos.
Las soluciones a estos acertijos pueden indicar un aspecto extraño de nuestra familiar Luna. Llamada “la Piedra Rosetta de los planetas” por el Dr. Robert Jastrow, primer presidente de la Comisión de Exploración Lunar de la NASA, los científicos esperaban comprender la composición y formación de la Luna y resolver algunos de los misterios de cómo surgieron nuestro planeta y nuestro sistema solar. a la existencia. Sin embargo, seis alunizajes después, el escritor científico Earl Ubell dijo: “… la Luna sigue siendo un misterio.
La Luna es más complicada de lo que nadie esperaba, no es sólo una bola de billar congelada en el espacio y el tiempo, como muchos científicos habían creído. La Luna es mucho más antigua de lo que se imaginaba; algunos se han aventurado a decir que bien podría ser más antigua que el planeta Tierra. La Luna tiene al menos tres capas distintas de roca.
Contrariamente a la idea de que los objetos más pesados se hunden, las rocas más pesadas se encuentran en la superficie. Y hay una brecha definida en la distribución de minerales.
La luna está muy seca y no parece que haya tenido, en algún momento, cantidades sustanciales de agua. Ninguna de las rocas lunares, independientemente de dónde se encontraran, contenía trazas de agua o incluso moléculas de agua unidas a minerales.
Los astronautas del Apolo 16 encontraron rocas que contenían trozos de hierro oxidado. Dado que la oxidación requiere oxígeno e hidrógeno libre, este óxido indica que debería haber agua en algún lugar de la luna.
Curiosamente, los instrumentos dejados por las misiones Apolo enviaron una señal a la Tierra el 7 de marzo de 1971 , indicando que un “ viento ” que contenía trazas de “ agua ” había barrido la superficie lunar. Dado que el agua de la superficie sin aire se vaporiza, se comporta como el viento en la Tierra , la pregunta era de dónde se originó esta agua.
Ubell hizo una pregunta interesante;
Si la Tierra y la Luna fueron creadas al mismo tiempo, cerca una de la otra, ¿cómo es posible que un cuerpo, la Tierra, tenga grandes cantidades de Hierro, mientras que el otro cuerpo, la Luna, tenga muy poco? Los astrofísicos no pueden explicar exactamente cómo la Luna se convirtió en un satélite de la Tierra.
Se encontraron rocas lunares magnetizadas, no lo suficientemente fuertes como para captar un clip pero, sin embargo, eran de naturaleza magnética. Pero no hay campo magnético en la Luna, entonces, ¿de dónde viene el magnetismo?
La evidencia sugiere que la luna puede estar hueca. Los estudios de rocas lunares indican que el interior de la Luna difiere del manto de la Tierra en formas que sugieren la presencia de un núcleo muy pequeño, aunque algunos sugieren que la Luna podría no tener ningún núcleo.
En 1962, el científico de la NASA, Dr. Gordon MacDonald, afirmó: “Si se reducen los datos astronómicos, se descubre que los datos requieren que el interior de la Luna sea menos denso que las partes exteriores. De hecho, parecería que la Luna se parece más a un hueco que a una esfera homogénea”.
La importancia fue expuesta por el astrónomo Carl Sagan allá por su obra de 1966 Vida inteligente en el universo: “Un satélite natural no puede ser un objeto hueco”.
La evidencia más increíble que sugiere que la Luna podría estar hueca se produjo el 20 de noviembre de 1969, cuando la tripulación del Apolo 12, después de regresar a su nave de mando, envió la etapa de ascenso del módulo lunar a estrellarse contra la Luna, creando un terremoto lunar artificial.
El LM se estrelló contra la superficie a unas 40 millas del lugar de aterrizaje del Apolo 12, donde un equipo sísmico ultrasensible registró algo inesperado y sorprendente: la luna reverberó como una campana durante más de una hora. La onda de vibración tardó casi ocho minutos en alcanzar su punto máximo y luego disminuyó en intensidad, algo que nadie esperaba que ocurriera.
Los expertos se sorprendieron aún más con la Luna cuando se encontraron rocas lunares con restos de bronce, mica, anfíboles y titanio casi puro. Según el Laboratorio Nacional Argonne, el uranio 236 y el neptunio 237, elementos que no se habían encontrado previamente en la naturaleza, fueron descubiertos en rocas lunares. Los científicos quedaron desconcertados cuando descubrieron la presencia de partículas de hierro inoxidables en una muestra de suelo del Mar de las Crisis.
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