
En una revelación escalofriante, ha resurgido una predicción apocalíptica de décadas de antigüedad del físico austríaco-estadounidense Heinz von Foerster, lo que ha despertado temores sobre el destino de la humanidad.
El siniestro pronóstico de Foerster, realizado en 1960, advierte sobre un escenario en el que la superpoblación podría llevar a la humanidad a ser “exprimida hasta la muerte”, fijando una fecha específica para este sombrío destino: el 13 de noviembre de 2026, apenas tres años después de hoy.
La teoría de Foerster se basaba en la noción de que el ritmo implacable del crecimiento demográfico acabaría por abrumar la capacidad de la Tierra para sostenerla, creando una situación terrible en la que la población humana aumentaría hasta el infinito, culminando en su propia aniquilación.
“Es en esa fecha cuando N (el número de ‘elementos’ o personas ) llega al infinito y la población inteligente se aniquila a sí misma”, escribió Foerster, enfatizando la inevitabilidad de la catástrofe.

El contexto de la predicción de Foerster se sitúa en una época en la que los científicos se enfrentaban a la preocupación de que el crecimiento exponencial de la población pudiera superar la capacidad del planeta para proporcionar un suministro adecuado de alimentos.
El físico, sin embargo, aclaró que la fecha concreta era más simbólica e ilustrativa, y pretendía servir como advertencia general más que como un cronograma exacto del apocalipsis.
Utilizó una fórmula matemática para proyectar un escenario hipotético en el que, sin intervención, la población mundial caería en una espiral infinita.
El pronóstico de Foerster, realizado en una era anterior a avances significativos en atención médica y métodos anticonceptivos ampliamente disponibles, debe interpretarse dentro del contexto de perspectivas históricas.
Desde entonces, los avances modernos en planificación familiar y atención sanitaria han alterado la trayectoria del crecimiento demográfico, ofreciendo esperanzas de un futuro más sostenible.

Es fundamental señalar que no todos los expertos coinciden con la visión apocalíptica de Foerster. El visionario empresario tecnológico Elon Musk , por ejemplo, ha expresado su preocupación por el escenario opuesto: temiendo un posible colapso demográfico debido a las bajísimas tasas de natalidad.
En un episodio del podcast Full Send del año pasado, Musk enfatizó la amenaza de la subpoblación y afirmó que la sociedad enfrenta el riesgo de un rápido colapso demográfico. Su perspectiva subraya la necesidad de una comprensión matizada de los desafíos demográficos y el debate en curso sobre la trayectoria de la civilización humana.

Mientras lidiamos con estas perspectivas divergentes sobre el futuro de la humanidad, las cuestiones interconectadas de la dinámica poblacional, la sostenibilidad de los recursos y la resiliencia social siguen en la vanguardia del discurso global.
Si bien la predicción de Foerster sirve como un inquietante recordatorio de preocupaciones históricas, las realidades contemporáneas y los avances en ciencia y tecnología ofrecen vías para debates informados y soluciones proactivas para dar forma a un futuro más sostenible y resiliente para nuestro planeta y sus habitantes.
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