Recientemente, las conversaciones sobre el hecho de que podemos ser observados desde el espacio comenzaron a un alto nivel. El director de observación de ovnis del Pentágono, Sean Kirkpatrick, y el profesor Avi Loeb, ex presidente del Departamento de Astronomía de Harvard, fueron coautores de un artículo de seis páginas, «Las limitaciones físicas de los ovnis».
En el trabajo, Kirkpatrick y Loeb analizaron los parámetros físicos de fenómenos no identificados que se han registrado en los últimos años.
En el artículo, los científicos sugirieron que hace mucho tiempo, los extraterrestres podrían enviar una «nave nodriza» para vagar por los espacios entre las galaxias. De vez en cuando, esta nave puede observar nuestro sistema solar para enviar pequeñas sondas a los planetas. Se les ha dado un lindo nombre: «semillas tecnológicas de diente de león». Lo más probable es que estas “semillas” también “caigan” a la Tierra.
¿De dónde salió tal conclusión? Los científicos han notado que muchos objetos no identificados en los últimos años tienen una forma compacta, a menudo similar a la de un cigarrillo.
Dichos objetos se dejan caer convenientemente desde el aire para que sean difíciles de notar. La misión de la “nave nodriza”, según Loeb, es similar a la que persiguen las agencias espaciales terrestres. Es decir, para averiguar si hay alguien más en el universo.
“Si la “nave nodriza” realmente existe, pronto podremos hacer el primer contacto con extraterrestres”, comparte su opinión con Metro Douglas Vakoch, presidente de METI International, una organización que desarrolla mensajes para inteligencia extraterrestre.
“Quizás la “nave nodriza” esparce estas sondas “semilla” alrededor de los planetas para que funcionen como balizas que ayuden a los extraterrestres a encontrarnos. O tal vez funcionan como puntos Wi-Fi y su tarea es ayudarnos a amplificar y dirigir las señales al espacio.
Si la hipótesis de la nave nodriza es correcta, debe comprender que esta nave ha estado volando durante mucho tiempo desde el primer milenio. Porque para vuelos y estudios tan largos se necesita un nuevo tipo de energía, la que produce el propio cosmos, así como tecnologías aún incomprensibles para la mente humana.
“Quizás la ‘nave nodriza’ que vuela alrededor de las galaxias y lanza ‘semillas’ a la Tierra voló sobre nosotros en la época del Imperio Romano”, sugiere Vakoch. “O tal vez a veces una nave “estaciona” en el borde del sistema solar y espera varios cientos de años, observándonos. Después de todo, esto es cien años para nosotros. Y según los estándares del espacio, esto no es nada”.
Últimamente se ha hablado mucho de los ovnis. Incluso puede haber una idea de que hay más objetos no identificados. Pero, según el experto Vakoch, este no es el caso.
“Definitivamente no hay más ovnis voladores en el mundo. Es que las instituciones que los monitorean se han vuelto más públicas”, – dice el especialista.
“Por ejemplo, en EE. UU., todos estos informes los publica el departamento para el estudio de anomalías. Y se creó el año pasado; está claro que ahora hay un mayor interés en esta área”.
Además, enfatiza Vakoch, la gente quiere entender si el estado les brinda seguridad. El Pentágono también publica tales informes, porque quiere decirle a la gente que estos no son aparatos de inteligencia chinos o rusos.