Las bestias atmosféricas (conocidas también como bestias o critters del cielo) son hipotéticos organismos no alados que podrían vivir en la atmósfera de los planetas. Estos podrían volar o flotar sin alas porque son menos pesados que el aire.
Carl Sagan propuso casualmente que este tipo de criatura podría vivir en la atmósfera de un gigante gaseoso, como Júpiter.
Ilustraciones de bestias atmosféricas han aparecido en libros, mostrando especulaciones sobre las exóticas formas de vidas extraterrestres. Las descripciones de este clase a menudo representan a estos seres como globos vivientes, llenos de un gas menos pesado que el aire. En el concepto de un planeta parecido a Júpiter con una atmósfera de hidrógeno, el organismo sería como un Globo de hidrógeno caliente, puesto que no hay otro gas más ligero.
Las bestias atmosféricas también aparecieron en la criptozoología y conceptos relacionados con ovnis. A través de la historia de la ufología, muchos autores se preguntaron si las supuestas naves espaciales que fueron presuntamente investigadas podrían ser algún tipo de animales viviendo en la atmósfera de la Tierra.
Inicialmente, el escritor ufólogo Trevor James Constable creyó que el fenómeno OVNI fue mejor explicado por la presencia de grandes animales parecidas a amebas habitando en la atmósfera de la Tierra. Él los llamó como «critters». 

Representación fantástica de una bestia atmosférica.
El término «Bestia Atmosférica» es aquél otorgado a los reportes de criaturas vivientes que rompen las reglas de la zoología y la botánica; pues vuelan sin necesidad de alas, poseen cuerpos semi-sólidos o parcialmente invisibles al ojo.
De acuerdo con los reportes de testigos alrededor del mundo, las bestias atmosféricas son por lo regular de un color metálico, tienen la habilidad de incrementar su tamaño y adoptar una forma similar a la de una nube; así como volverse invisibles. Otros manejan que tienen un vago parecido con las ballenas, lo que les da el seudónimo de «ballenas aéreas» o «bestias nebulosas»; y podrían ser la causa de varios avistamientos de OVNIs.
Otros reportes más inusuales aseguran que tienen comportamiento extremo, que va desde escupir chorros de agua, presentar bocas, ojos, aletas y otros apéndices colocados en posiciones similares a las halladas en invertebrados acuáticos. Se maneja también que al morir, pueden caer a la tierra como masas gelatinosas de varios colores que se evaporan a lo mucho en cuestión de horas; un fenómeno conocido como «Star Jelly» o Pwdre ser (putrefacción de las estrellas en galés). Este fenómeno ha sido reportado en todo el mundo.
Las bestias atmosféricas aparecen en el folklore de varias regiones. Por ejemplo, en Inglaterra existen los «Deshuesados» o «Sin Forma»; seres mitológicos que asemejan una pequeña nube de niebla semi-sólida. Esta historia fue narrada por un policía británico décadas atrás.
De acuerdo a su historia, encontró a la criatura mientras patrullaba en bicicleta. La criatura se sentía como una manta suave y olía a humedad. Luego de que la criatura lo tocó, flotó a la distancia; lo que dejó al oficial convencido de que se trataba de una criatura viviente.
Otras personas que dicen haber sido tocados por estos seres cuentan que se siente como ser tocados por grandes lenguas tibias.
En las islas Shetland, se les conoce como «Ello»; y se les considera «animales de nube», explicando que ya que el océano puede contener vida misteriosa e invisible, también es probable que las nubes formen un vasto «océano» atmosférico arriba de la tierra, y que «Ellos» son solo animales nativos de las nubes.
Rods.

En las últimas décadas del siglo XX, la teoría de las bestias atmosféricas ganó una nueva notoriedad cuando comenzaron a reportarse avistamientos en video de posibles insectos desconocidos o una variedad de estos seres a la que se le dio el nombre de «Rod».
Se les descubrió en la década de los noventa, a raíz de que varias personas comenzaran a encontrar «perturbaciones» en videos que asemejaban bastones o varillas que se movían a gran velocidad, y de características transparentes o blancuzcas. La mayoría de estos fenómenos eran rápidos y apenas visibles al ojo humano, y se les podía ver mejor en áreas de un mismo color (como una pared o el cielo). Con el tiempo, quienes se dedicaron a buscar evidencia de los Rods los encontraron en toda clase de filmaciones: viejos programas de televisión, videos caseros, películas y eventos deportivos; entre otros. Había demasiados ejemplos para estudiarlos detenidamente, y sorpresivamente también comenzaron a ser hallados en fotografías.
Un estudio detenido de fotogramas en que aparecen los Rods, reveló que estos seres tenían características de objetos tridimensionales; lo que de inmediato descartaba la posibilidad de que se tratase de errores del lente o el filme, y que confirmaba a su vez que se trataba de elementos presentes a la hora de grabar el video. Los Rods son cilindros uniformes sin diferencias en ambos lados del cuerpo, y que presentan apéndices o alas a los costados; las cuales vibran a gran velocidad para posiblemente impulsarse a través del aire.
El monstruo de Crawforsdville.

El 5 de Septiembre de 1891, el diario de Crawfordsville publicó una nota sobre el encuentro de dos repartidores de hielo con un extraño fenómeno que flotaba en el aire sobre el lugar donde se encontraban; y lo describían como una aparición horrible que les causó terror. Un avistamiento similar fue reportado por un pastor metodista y su esposa; y el diario de Crawfordsville publicó que la criatura «medía casi seis metros de largo y dos y medio de ancho, se movía rápidamente por el cielo con múltiples pares de aletas; y era de un blanco impoluto, sin forma definida; asemejando un gran manto blanco que tuviese aletas propulsoras. No tenía cabeza o cola visible, pero tenía un gran ojo ardiente y emitía un sonido jadeante a través de una boca invisible. Se movía como una bandera en el viento, y frecuentemente se sacudía como si agonizara».
El diario de Indianapolis y otros diarios a lo largo del país reimprimieron la historia; lo que ocasionó que la oficina de correos de Crawfordsville recibiera decenas de reportes de avistamientos que rayaban incluso en lo ridículo. Finalmente, dos hombres locales persiguieron a la bestia en cuanto volvió a aparecer; y descubrieron que no era más que una parvada de aves desorientadas por la instalación de las nuevas luces eléctricas del pueblo.