Hace cinco años, la comunidad científica determinó que para 2028, la tecnología informática moderna se transformará radicalmente. Aparecerá una máquina que funciona con principios cuánticos completamente diferentes.
Los expertos ya cuentan los días que faltan para el “salto cuántico”. Predicen cambios tan revolucionarios que es difícil imaginarlos ahora.
El campo cuántico del conocimiento es tan complejo y poco estudiado que los procesos que tienen lugar en él suelen desconcertar a los venerables científicos. Aún queda mucho más allá de su comprensión. Los métodos de medición estándar no tienen ningún sentido. Tomemos, por ejemplo, el hecho de que la mera observación de cualquier proceso cuántico lo cambia por completo.
Sin embargo, lo que ya se ha estudiado y está bastante claro, nos permite trabajar en la creación de una tecnología informática fundamentalmente nueva.
La mayoría de ellos entienden bien el principio de funcionamiento de las computadoras modernas. El dispositivo desde el que está leyendo actualmente se basa en un buen código binario antiguo, ceros simples y unos que funcionan como interruptores de «encendido y apagado».

Todos los cálculos de tales máquinas se llevan a cabo de forma estrictamente secuencial. Realmente no importa cuántos núcleos tenga un procesador, este principio fundamental no cambia. En consecuencia, para realizar un cierto número de operaciones, se requiere un cierto tiempo. Cuantas más operaciones deba realizar, más tiempo pasará.
Está claro que el poder de la tecnología que nos es familiar crece cada año. Pero la base binaria impone serias limitaciones. Una computadora cuántica tendrá que trabajar en una arquitectura completamente diferente. En términos generales, podrá «ver» todo el conjunto de ceros y unos al mismo tiempo. Resulta que para una máquina de este tipo, el número de operaciones no tiene ninguna importancia.
Predicen que su poder de cómputo será cientos de órdenes de magnitud más alto que el de la supercomputadora moderna más poderosa.

Allá por 2009, científicos de varios países europeos pasaron ocho meses en cientos de ordenadores descifrando un mensaje cifrado con el algoritmo RSA con una clave de 768 bits.
Al final, lo consiguieron, pero gastaron mucho tiempo y recursos. El progreso no se detiene, y hoy en día las claves con una longitud de 1024 bits o más se consideran bastante confiables.
Una computadora cuántica puede hacer esta tarea en una fracción de segundo, ¡imagínense qué gran diferencia en oportunidades!
La promesa del “salto cuántico” a la gente común
El futuro de la tecnología cuántica es fascinante y aterrador al mismo tiempo.
Imagine que la humanidad puede descifrar por completo su genoma y modelar con precisión el trabajo de las proteínas que lo sustentan. Esto significa que no solo estaremos completamente curados de enfermedades genéticas, sino que también podremos resolver el problema de la inmortalidad personal.

Bueno, o al menos aumentaremos la esperanza de vida en un orden de magnitud. ¿Te gustaría vivir mil años?
Con la ayuda del inmenso poder de la computación cuántica, la humanidad está aprendiendo sobre los procesos que tienen lugar dentro de las estrellas y en el espacio profundo. Quién sabe, tal vez obtengamos una respuesta a la pregunta de quiénes somos y de dónde venimos. Seguramente encontraremos muchos planetas aptos para la vida.
Se inventarán nuevos materiales, fuentes de energía limpia, fundamentalmente nuevos motores. Lo más probable es que la humanidad aprenda a utilizar el colosal potencial de la gravedad de los agujeros negros.
Todo esto le permitirá ir más allá de los límites de nuestro planeta de origen y establecerse en toda la galaxia de manera fácil y sin dolor. Estas posibilidades nos las proporcionará un ordenador cuántico.
Sin embargo, no todo es tan color de rosa como nos gustaría. El poder ilimitado implica una responsabilidad ilimitada y la gente siempre ha tenido problemas con eso.
¡Imagínate un hacker armado con un procesador cuántico! En el mundo digital no habrá puertas cerradas para él. Ni una sola, incluso la contraseña más fuerte, podrá salvarte.
Todos los que usarán tecnologías antiguas serán especialmente vulnerables (y esto es inevitable al principio). El atacante podrá utilizar la red a su antojo.
Y eso no es todo. La tecnología cuántica permitirá a los gobiernos del mundo desarrollar nuevos y aterradores medios de ataque. Una bomba nuclear, comparada con ellos, parecerá un juguete infantil e inofensivo.
Las computadoras cuánticas conectadas en red tarde o temprano (bastante pronto) se volverán conscientes de sí mismas. Sin duda, su poder operativo combinado superará a veces las capacidades del cerebro humano. Pronto tendremos inteligencia artificial pura.
Tendremos mucha suerte si, en el momento del despertar, la inteligencia cuántica no percibe a la humanidad como una amenaza.
El concepto de “deus ex machina” – un dios de una máquina – apareció en los días de Leonardo da Vinci, quien fue uno de los primeros en argumentar que los mecanismos creados por el hombre tienen alma y mente. El gran Leonardo, por supuesto, no se refería a las computadoras, pero argumentó que cualquier cosa que una persona toca de una forma u otra cobra vida. El deseo moderno de una persona de hacer un automóvil lo más inteligente posible realmente puede, al final, jugarle una mala broma.
Ya hay mucha evidencia hoy en día de cuántas computadoras «humanizadas» son obstinadas y no obedecen a sus dueños. Bueno, si tal «máquina inteligente» alguna vez será leal a la gente.