Antiguo secreto de las lámparas que arden eternamente

Sin embargo, se cree que hay lámparas cuya llama continúa ardiendo durante un tiempo excepcional sin intervención humana. Este fenómeno, que no ha recibido una explicación científica, es realmente muy intrigante. ¿Qué son estas llamadas lámparas siempre encendidas? ¿Y realmente existen?

Escritores de diferentes partes del mundo en diferentes períodos de la historia han documentado lámparas de llamas eternas. En el mundo antiguo, por ejemplo, el escritor Plutarco en su obra “De Defectu Oraculorum” menciona una lámpara que ardía sobre la puerta del templo de Júpiter Amón en Egipto.

Según Plutarco, los sacerdotes del templo afirmaron que la lámpara estaba al aire libre y que ni el viento ni la lluvia la apagaron. Se dan historias similares sobre el altar del templo de Apolo Karney en Cirene y el gran templo de Aderbain en Armenia.

Otro autor clásico, Pausanias, escribió sobre la lámpara de oro en el templo de Minerva Polias en Atenas. Se creía que esta lámpara, construida por el científico Calímaco, podía mantener una llama constante durante un año sin necesidad de recargar combustible o cortar la mecha.

También se creía que Numa Pompilio, el legendario segundo rey de Roma, podía comunicarse directamente con los dioses y que creó una lámpara que ardía para siempre en un templo que dedicó a un ser elemental.

Algunos incluso sugieren que Numa manejaba la electricidad y que su sucesor, Tullus Hostilius, murió cuando fracasó su intento de generar electricidad a partir de un rayo.

También se han descrito lámparas de llamas eternas en los períodos tardoantiguo y medieval. Se dice que durante el reinado del emperador bizantino Justiniano, los soldados encontraron una lámpara siempre encendida en Edesa o en Antioquía.

Según esta historia, la lámpara se encontró en un nicho sobre la puerta de la ciudad y las inscripciones indican que la lámpara ha estado encendida durante 500 años. San Agustín también menciona una lámpara siempre encendida en un templo egipcio dedicado a Venus, y sugiere que esto es obra del diablo.

Durante el reinado de Enrique VIII (o durante la Alta Edad Media, según otra fuente), también se encontró en Inglaterra una lámpara siempre encendida.

Cuando Henry se separó de la Iglesia Católica Romana y fundó la Iglesia de Inglaterra, exigió la destrucción de las iglesias y comunidades católicas si se negaban a unirse a su nueva iglesia.

Parece que ni siquiera los muertos se salvaron. Cuando abrieron la tumba de un hombre rico que murió alrededor del siglo IV dC, encontraron una lámpara en ella, que todavía estaba encendida. Algunos incluso afirman que esta tumba perteneció a Constancio Cloro, el padre del emperador Constantino.

En la India, el antiguo templo hindú de Jwala Ji, ubicado en la ciudad de Jawalamukhi, en la parte baja del Himalaya, en Himachal Pradesh, tiene una llama azul siempre ardiente que emana de las piedras en diferentes lugares del templo.

Jwala significa «llama». Se cree que ha estado ardiendo constantemente desde el comienzo de su historia.

 

Por jaime